Mucho ha sucedido estos meses, porque la ausencia no es vacío. Trabajos audiovisuales y proyectos expositivos aparte (de los que iré dando cuenta), el presente manda, y el presente son las jornadas que he pasado en Bruselas como delegado de los compositores de música clásica y contemporánea en el Parlamento Europeo y en la asamblea general de ECSA.
La European Composer and Songwriter Alliance (ECSA) es una organización paneuropea fundada en 2008 que representa a más de 30,000 compositores y letristas de música contemporánea, clásica, audiovisual y electroacústica. Su misión es defender los derechos e intereses de los creadores musicales en Europa. AMCC, de la que llevo la gestión cultural, se integró en ECSA este pasado mes de febrero, y me he encargado de representar sus intereses en Bégica, así que me fuí literalmente con la música a otra parte.
Fueron unas jornadas densas, frenéticas, de mucho aprendizaje y responsabilidad. Primero en la Creators Conference, organizada por el eurodiputado Bodgan Andrzej Zdrojewski (PPE, Polonia) y la eurodiputada Emma Rafowicz (S&D, Francia), se celebró bajo el patrocinio del Parlamento Europeo., Contó con tres mesas redondas, cada una de ellas alineada con las prioridades descritas en el Manifiesto de ECSA, entre ellas la inteligencia artificial y los derechos de autor, la transmisión de música y las prácticas contractuales a las que se enfrentan los compositores audiovisuales.
Después, durante la samblea general de ECSA, un profundo análisis de la situación actual, con un terrible borrador del Código de prácticas de IA (GPAI), que en su tercera versión se ha alejado tanto de la AI ACT que nos sentimos indefensos ante la impunidad que va a dejar a las plataformas de IA para no cumplir con las exigencias transparencia, ética o respeto a la Propiedad Intelectual.
Finalmente, reunión de los diferentes comités en los que se divide la Composer Alliance (los compositores de clásica y contemporánea se integran en el comité ECF), donde tuve ocasión de conocer a brillantes compañeros de viaje, como la autrica Zahra Mani, el finlandés Niilo Tarnanen o el croata Antun Tomislav Saban. Gracias por todas las lecciones que me habéis dado.
Agradecimiento especial al incansable Luis Ivars, que acudía en representación de Musimagen pero fue además nombrado vicepresidente honorífico de la organización. Un diplomático y un cicerone de primera que me facilitó la rápida integración en el equipo.
Y bueno, y Bruselas y sus ritmos, su Grand-Place, su catedral de San Miguel y Santa Gúdela. Y sus cervezas. Apenas dio tiempo para mucho pero no dejé escapar alguna Leffe o Grimbergen. El guso es mío.