Berlanguianos

Como buen mediterráneo y admirador del maestro, tengo muy asumido el término Berlanguiano. ¡Si hasta Borau y otros pidieron su inclusión en el diccionario de la RAE! En palabras de Juanjo Puigcorbé:

«Dícese de la situación coral aparentemente caótica o esperpéntica donde los caracteres muestran o ponen en evidencia su monstruosidad sin categoría moral pero de una forma vitalista»

No diré que los pases en Sala Berlanga llegaron a tal extremo, ya que los asistentes eran gente de orden. Más bien recordé, al entrar en una sala con el nombre del maestro, mi propia situación Berlanguiana cuando en 1992 me presenté al casting de Todos a la cárcel, su penúltima película. El casting se realizaba en la antigua cárcel Modelo de Valencia, ni más ni menos, y a mí me parecía toda una experiencia y un privilegio aparecer en una película de Berlanga, aunque fuese como figurante. Así que hasta allí me fui.

Y allí se dio lo Berlanguiano, espontáneaente, incluso antes del rodaje. En ese proceso de selección nos formaron en una larga cola de tipos con aspecto patibulario, africanos desnutridos, señoras con el pelo cardado, chandalistas y otros respetables ciudadanos. Todos a la búsqueda de la gloria que conlleva un bocadillo de mortadela, quinientas pesetas diarias y el honor de partiipar en una película de Luis García Berlanga, que a la postre se llevó cinco Goyas, incluyendo los de Mejor Película, Director y Guión Original. Lógicamente no fui seleccionado por no ser lo suficientemente pintoresco (imagino), pero comprendí porqué algunos escogidos, como Kafka, Lynch o Freud han conseguido incorporar su nombre al lenguaje. La realidad se maleaba a su visión del mundo, y no al revés.

Así que este fugaz reencuentro con Berlanga, a través de la proyección del documental Temperado en una sala que lleva su nombre, fue doblemente gozosa. Por un lado, el placer de ver el documental proyectado en una sala dedicada al maestro, tan coqueta y bien equipada, en un ciclo documental con otras obras respetables. Por otro, el encuentro con amigos (recientes y futuros) que se animaron a venir.

Entre ellos, los incombustibles. El compositor Miguel Bustamante lleva tres proyecciones de Temperado y ha sido uno de sus principales voceros, por lo que no podré estarle lo suficientemente agradecido. Y el también compositor Roberto Mosquera (ambos en la imagen con el Director Musical del documental, Juanjo Talavera) ha asistido a dos proyecciones más. Me consta que no son los únicos que han visto el documental en numerosas ocasiones, y eso es algo que me parece especialmente satisfactorio, porque significa que han necesitado volver a escuchar las músicas y a los participantes una vez más.

Han sido dos pases inesperados pero que cierran la temporada antes del parón de verano. Muchas gracias a todos los que acudísteis. Esperamos poder daros algunas sorpresas al finalizar el verano. De hecho, tenemos unas cuantas guardadas. Incluso alguna Berlanguiana.

 

Berlanguianos

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