No lo vamos a negar: para los que desarrollamos nuestro trabajo a caballo entre las artes audiovisuales y las artes escénicas, una pandemia no nos ha hecho ningún favor. Antes al contrario, ha paralizado nuestra actividad o la ha limitado a algunas labores en remoto.
Afortunadamente, parte de mi trabajo implica el diseño gráfico, la gestión cultural y la edición, así que he podido seguir trabajando desde casa en la medida de lo posible, con encargos a medida que además me han hecho mucha ilusión.
Entre algunos de ellos de los que hablaré más adelante, se encontró el rediseño de la imagen y el logotipo de la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza, u OCAZEnigma como suelen llamarse por la larga colaboración e implicación del grupo Enigma en la misma.
Al haber colaborado con ellos hace apenas unos meses con resultados estupendos para ambas partes, tuvieron la gentileza de contar conmigo para su rediseño y modernización, como me hizo saber su nuevo director Asier Puga, que además compatibiliza esta labor con la de dirección de la Orquesta de Cámara “Gregorio Solabarrieta”, así como director musical de Ciklus Ensemble. Un purasangre, vaya.
Tras algunas pruebas de exploración, atendimos a los elementos fundamentales que se pretendían: la identificación con el Auditorio de Zaragoza y la propuesta contemporánea de la Orquesta de Cámara. Tomamos como referencia los elementos de mediotono utilizados en el logo de la Tate Modern, por ejemplo, y empleamos parte de la logoforma del Auditorio de Zaragoza tras recibir la autorización pertinente, combinando ambos elementos para dar con un diseño sintético, elegante y que reflejase ambas sensibilidades.
Como suele pasar en estos casos, el trabajo no finaliza en el logo, sino que continúa en los aplicativos para diferentes soportes y en la realización de una introducción animada para sus trabajos audiovisuales.
En fin, satisfecho con el resultado y con la sensación de seguir avanzando aunque un virus se empeñe en confinarnos. Seguro que OCAZEnigma y el que esto escribe seguiremos haciendo cosas juntos, en directo o en remoto.
Y no os engaño si os digo que estoy deseando volver a ponerme detrás de la cámara. Sin mascarilla, por favor.