Cualquiera que haya realizado un proyecto más o menos complejo sabe que el resultado final depende tanto de la voluntad del que lo realiza como de los factores que le rodean. Es el «yo soy yo y mis circunstancias» de Ortega y Gasset aplicado al proceso documental.
Temperado se grabó en un 70% con un teléfono móvil OnePlus One, al que luego se sumó una cámara deportiva SJCAM 4000. En lo que se refiere al software, se comenzó grabando con la cámara de Cyanogenmod, pero posteriormente se cambió a Cinema FV 5 Pro.
La decisión de grabar el documental con un teléfono móvil se acabó convirtiendo en una metáfora de las dificultades a las que se enfrenta la música contemporánea. Afortunadamente, la mayoría de los smartphones actuales tienen resoluciones de grabación más que aceptables (el OnePlus One tiene una resolución 4K), pero lógicamente carecen de capacidades de óptica, apertura, rango dinámico etc que las cámaras profesionales sí ofrecen.
Algunos de los retos a los que esto obliga no eran pequeños, y de hecho me obligaron a ser creativo y se acabaron incorporando como soluciones de estilo. Por ejemplo, establecer muchos planos estáticos para mantener un punto de enfoque fijo, limitando el movimiento de cámara a lo imprescindible. O rehuir los escenarios con baja luminosidad para evitar el indeseado grano y la imagen borrosa.
Al tener que lidiar con limitaciones de tipo técnico, se iban sucediendo las soluciones creativas para enmascarar los posibles problemas: los encuadres se volvieron más creativos para buscar la iluminación óptima, con planos picados y contrapicados de gran dramatismo; se buscó deliberadamente que las luces quedasen detrás de los entrevistados, aumentando los contraluces y los silueteados; en postproducción se escogió un etalonaje de colores desaturados y de alto contraste de imagen para disimular las posibles carencias, dando al mismo tiempo una personalidad uniforme al documental. Al ser un proceso vivo, todas las soluciones se retroalimentan dando al producto final un aspecto característico.
No os voy a aburrir con un listado interminable de procesos y terminología, aunque estaré encantado de resolver vuestras dudas en el caso de que queráis hacer un proyecto en condiciones similares. Tan sólo tenéis que escribirme un correo.
A veces la gente comentaba sorprendida el hecho de que estuviese grabando con un móvil. Esta sorpresa venía desde dos ángulos: por un lado pensaban que tal vez el producto no era serio porque el equipamiento parecía no serlo (un prejuicio que podríamos rastrear en el pensamiento industrial de la dificultad de acceso a los medios de producción); por el otro, acertaban a ver el potencial oculto que estos aparatos que llevamos en el bolsillo tienen para el registro y difusión de la realidad. Un móvil no sólo es un aparato perfectamente capacitado para grabar vídeo, sino también para difundirlo hasta el espectador final, cubriendo todas las fases del proceso.
Y aún cabría añadir lo que algunos de los entrevistados mencionan en el propio documental: hay que buscar al público, y ello incluye encontrar maneras nuevas y creativas de difundir la música contemporánea. En una guerra, cualquier herramienta es un arma, y el móvil es un arma cargada de presente.